SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO
HYPATIA CARDENAS QUISBERT
MAYRA VELASQUEZ SALGUEIRO
PALABRAS CLAVES
Sociedad del conocimiento, economía
del conocimiento, era tecnológica, globalización tecnológica,
conocimiento explícito, conocimiento tácito, tecnología, multiculturales, cultura,
educación.
RESUMEN
Los avances tecnológicos que se han
ido produciendo en los últimos años, especialmente en las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) han dado lugar a lo que llamamos hoy día la
Sociedad del Conocimiento. La forma en que los usuarios se acercan a TIC con
objeto de participar en actividades formativas está influida por diferentes
características tales como la edad, componentes demográficos, nivel
sociocultural, etc. Por ello, el desarrollo tecnológico en nuestra sociedad se
ha ido realizando de manera natural y progresiva, en función de las
características de las distintas regiones así como las necesidades de los
ciudadanos, ayudada por la intervención de los poderes públicos.
Las nuevas formas de organización deberán
ser capaces no solo de aprendizaje sino de nuevas soluciones y conocimiento,
organizaciones inteligentes en continuo aprendizaje. Las demandas de esta sociedad no solo son para
instituciones, también son para personas y estas personas deben ser:
v Personas que sepan aprender a
aprender, siempre hay algo nuevo que aprender luego esto nos lleva aprender
transferir.
v Personas con formación
permanente.
Además los desafíos que la sociedad
actual le plantea a la educación se consideran desde la perspectiva de la
construcción del conocimiento y de una sociedad democrática, proponiendo el
desarrollo de competencias profesionales, que posibiliten que las personas, en
el contexto de la sociedad del conocimiento y del riesgo, sean capaces de
posicionarse e integrarse en ella, aportando reflexiva y críticamente, a la
construcción y desarrollo del ser humano como individuo y al de la sociedad en
su conjunto.
Con las nuevas
tendencias actuales del desarrollo científico-técnico conocido como era del conocimiento y su vinculación con los nuevos saberes identificados como economía del conocimiento. Destaca el uso de los recursos, los humanos, con énfasis en el intangible, la clasificación taxonómica del
conocimiento: el explícito y tácito por proceder directamente de la capacitación de la fuerza de trabajo en las modernas empresas, correspondiendo en esencia a un valor agregado del producto. La eficiencia productiva de las empresas de hoy depende en esencial del potencial del capital humano calificado que interactúa con los medios de producción y su implicación con la ciencia y la tecnología. La sociedad del futuro será la que se sustente en una economía del conocimiento.
El proyecto actual de Sociedad del
Conocimiento está creando nuevas formas y niveles de exclusión del mundo. El
conocimiento tecno científico se produce en red. Sin embargo, cada nodo realiza
una parte del trabajo desconociendo el resultado final. La red implica una homogeneización
que pone en peligro la diversidad cultural. Por ello, es necesario que cada
cultura pueda intervenir en los modos de producción y distribución de la tecno
ciencia, además se algunos términos relacionados, como el de “globalización”.
Se analizan también los conceptos de “cultura científica” y de “cultura
tecnológica”. Con base en estos conceptos se comentan algunos elementos que
sería indispensable tomar en cuenta al diseñar y evaluar, en un país
culturalmente diverso, las políticas para fomentar la cultura científica y
tecnológica de una manera adecuada para el tránsito hacia la sociedad del
conocimiento.
No existe la escases de recursos, sino
la abundancia de conocimiento e información; el precio y el valor dependen del
contexto. Mediante la tecnología se pueden crear organizaciones y mercados
virtuales que proveen servicios y productos a una gran velocidad y agilidad. El
capital humano es un componente clave de valor, ya que en primera y en última
instancia, es el generador del conocimiento.
OBJETIVOS
Ø
Conocer
la importancia de la Sociedad del Conocimiento en el desarrollo productivo y
calidad de vida.
Ø
Comprender
el proceso de evolución de la Sociedad de la Información a la Sociedad del
Conocimiento.
Ø
Brindar
oportunidades digitales e inclusión social por medio de las Tics para la
construcción de capacidades.
Ø
Fortalecer
las capacidades de investigación científica, de compartir la información, de
creatividad cultural y de funcionamiento e intercambio en las sociedades del
conocimiento (redes, interacción y cooperación).
Ø
Realzar
las oportunidades de aprendizaje a través
del acceso a diversos contenidos y sistemas adecuados de entrega de
información, por medio de la aplicación de las TICs, que tienen un potencial
para disminuir los costos de la educación y mejorar la eficiencia de los
sistemas educativos.
Ø
Comprender
la influencia de la sociedad del conocimiento en la educación, economía y
cultura.
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
El concepto de Sociedad del
Conocimiento hace referencia a la capacidad
de las personas en el procesamiento de la información, para extraer
pautas y leyes de aplicación en los distintos ámbitos sectoriales. Es decir, la
Sociedad del Conocimiento basa sus pilares en el criterio que emplee el ser
humano a la hora de combinar los distintos elementos de múltiples fuentes de
información, con el objetivo de extraer un determinado conocimiento. Constituye
un paso más allá de la anterior
era llamada Sociedad de la Información, que ponía énfasis en la capacidad de las personas para
acceder a la información. El uso de las Tecnologías de la Información y
Comunicación ha propiciado el paso de la Sociedad de la Información a la
Sociedad del Conocimiento, es decir, la creación de conocimiento a partir de la
gran producción de información difundida por las tecnologías de la información
y comunicación (TIC).
En el ámbito económico se
observa que los sectores de producción de bienes pierden importancia en la
estructura económica a favor del sector servicios. Más concretamente, crece la
importancia de los mercados globalizados de divisas, de finanzas y de capitales
frente a los mercados de productos. Además, la estructura ocupacional cambia
radicalmente a través del crecimiento de las categorías profesionales altamente
cualificadas y la disminución de las categorías menos cualificadas. Y dentro de
las empresas, crece la relevancia de tener sistemas adecuados de gestión del
conocimiento y adaptar las estructuras organizativas y de gestión a un entorno
cambiante.
También se observan cambios profundos en el ámbito político en el
sentido de que las decisiones políticas dependen cada vez más de una
legitimación científica, lo que causa que los actores políticos dependan cada
vez más de expertos y asesores. Además parece que están disminuyendo los márgenes
de decisión y de la capacidad de gestionar procesos sociales por parte del
sistema político, lo que es más evidente frente al sistema económico que
depende cada vez menos de las decisiones políticas a causa de la globalización
de los procesos económicos.
Relacionado con los cambios en las estructuras ocupacionales, se observa
una creciente importancia de la educación, que queda reflejada en el nivel de
educación más alto de la población. Un indicador es la transformación de las
universidades como instituciones de elite en instituciones de educación
superior masificada. No obstante, en el debate alrededor de la sociedad del
conocimiento no está resuelta aún la cuestión de si el progreso tecnológico es
el causante del incremento de nivel educativo o si el incremento del nivel
formativo ha impulsado la innovación tecnológica y, por consiguiente, la
transición hacia la sociedad del conocimiento.
También en el ámbito cultural se han producido cambios profundos. A
pesar de que apenas se debaten estos cambios en el ámbito cultural relacionado
con la transición hacía la sociedad del conocimiento, se ha producido un
intenso debate en torno a la globalización y al uso de Internet, que indica un
profundo cambio en los procesos culturales y las interacciones sociales relacionadas
con el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación y los
avances en las tecnologías de tráfico.
La utilización de esta definición del conocimiento implica que no se
puede hablar de la sociedad del conocimiento refiriéndose solo al hecho de que
se está produciendo cada vez más conocimiento tomando como indicador, por
ejemplo, que el 90 por ciento de todos los científicos de todos los tiempos
están viviendo ahora. No se trata de un indicador de la ‘sociedad del
conocimiento’, sino, como mucho, de un indicador de la constitución de un
sistema autónomo de la producción de conocimiento. Basándose en la definición
expuesta, la sociedad actual no dispone de más conocimiento que otras
sociedades, sino que la definición de conocimiento como variable y verificable
en cuanto al no cumplimiento de expectativas hace pensar, que la ‘sociedad del
conocimiento’ está caracterizada por la decreciente importancia de los
rituales, de las tradiciones y de las normas aceptadas sin más. Al contrario, la
‘sociedad del conocimiento’ está marcada por la disposición de poner en
cuestión las percepciones, suposiciones y expectativas tradicionales y
socialmente aceptadas. La tesis implícita es que las sociedades actuales
consideran cada vez más la expectativas basada en conocimiento en lugar de
normas. Es decir, las expectativas son cada vez más variables y revisables.
EL PASO DE LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACION A LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Información y Conocimiento son conceptos diferentes que muchas
veces tienden a solaparse. Hoy en día la información se ha convertido en un
bien cuantificable, medible y almacenable.
Las TIC han contribuido sobremanera a
que el acceso a la información se haya convertido en un valor universal:
gracias a la difusión que éstas facilitan cualquier persona puede disponer en
tiempo real de datos sobre acontecimientos que se estén produciendo en
cualquier punto del globo. Para obtener conocimiento es condición indispensable
disponer de información, pero la transición entre conocimiento e información no
es inmediata, puesto que es necesario que se dé un procesamiento previo de la información.
Como define Abdul Waheed Khan, subdirector general de la UNESCO para la
Comunicación y la Información: “La sociedad de la Información es la piedra
angular de las sociedades del conocimiento. El concepto de “sociedad de la
información”, a mi parecer, está relacionado con la idea de la “innovación
tecnológica”, mientras que el concepto de “sociedades del conocimiento” incluye
una dimensión de transformación social, cultural, económica, política e
institucional, así como una perspectiva más pluralista y desarrolladora. El
concepto de “sociedades del conocimiento” es preferible al de la “sociedad de
la información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los
cambios que se están dando”.
El resultado de dicho procesamiento
es, como hemos señalado anteriormente, la obtención de conocimiento. Pero no sólo eso: el conocimiento obtenido se convierte a su
vez en nueva fuente de información, cerrando así el círculo. Por ello,
la Sociedad del Conocimiento llegará a partir de que los ciudadanos que estén
integrados en la Sociedad de la Información adquieran la capacidad de procesar la información que
tienen a su disposición. En la Sociedad del Conocimiento adquieren
importancia capital las personas, puesto que son ellas las que poseen la
capacidad de reorientar la información y transformarla en conocimiento.
Según Infante y otros autores, el
conocimiento es la capacidad humana que
brinda al ser humano elementos para interactuar con los elementos que le
rodean, tanto pertenecientes al plano objetivo (elementos físicos) como
subjetivo (pensamientos, deseos, sentimientos).
No obstante, este paso requiere
capacidad y voluntad por parte del usuario de la información. Y esto sólo
sucederá si el usuario percibe el
conocimiento generado como un activo rentable y un valor en alza. Por
ello es fundamental darle al conocimiento el valor que le corresponde para
estimular al usuario a adquirirlo y promover así la transición a la Sociedad
del conocimiento.
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y LA
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
Desde que Bell (1973) definiera la sociedad
del conocimiento han ido surgiendo y cobrando gran predicamento un conjunto
de ideas, conceptos y expresiones que modelan su contenido verdadero y su
alcance real en la comunidad científica. Es el caso, entre otras expresiones,
de las siguientes: capital humano, capital intelectual, activos intangibles,
proceso de aprendizaje, organización inteligente, aprendizaje organizativo,
conocimiento explícito, conocimiento tácito, economía del conocimiento y gestión
del conocimiento. El conjunto de conceptos citados pone el acento en la suma de
saberes, de conocimientos o en el capital intangible que posee y desarrolla la sociedad,
las organizaciones o las empresas. Dicho capital intangible (más conocido como
capital intelectual) representa, en este final de siglo, el valor más
importante para hacer frente al reto competitivo de nuestro tiempo y, en
consecuencia, para poder abordar, con cierto éxito, el desafío de entrar en el
nuevo milenio.
La sociedad del conocimiento se
caracteriza por la aparición continua de saberes nuevos, por el desarrollo
permanente de las facultades intelectuales, todo ello concretado en una aceleración inusitada de la
caducidad de los paradigmas dominantes en los años precedentes, de la
obsolescencia de los métodos de análisis y de las técnicas empleadas para la
observación de la realidad por investigadores, analistas, expertos y profesionales.
Estamos viviendo en una sociedad en la que están adquiriendo primacía los
conocimientos teóricos y los conocimientos tácitos sobre cualquier otra clase
de conocimiento; es decir son relevantes aquéllos que requieren de un
determinado modelo mental y de unos
procesos basados en la creación, en las ideas, en la abstracción y en la innovación,
tal y como indican Chan Kim y Mauborgne (1997), caso de los conocimientos
teóricos y son importantes aquéllos que son de difícil transmisión y comunicación,
dado que se basan en la experiencia y en el talento idiosincrásico, en el arte,
en el “saber hacer”, caso de los conocimientos tácitos. Estos conocimientos
según Nonaka y Takeouchi (1995) son, en definitiva, los que posibilitan en la
economía actual la generación y sostenibilidad de la ventaja competitiva
empresarial.
En este sentido hay que destacar,
siguiendo a Nonaka (1991), que “en estos últimos años vivimos una intensa
espiral de conocimientos, estamos en una economía donde la única certeza es la
incertidumbre y en donde la única fuente de ventaja competitiva duradera es el
conocimiento”. Posición argumental que pone de manifiesto que para poder seguir
esta dinámica es preciso generar continuamente ideas nuevas e innovación, la
cual, para el caso de la empresa, se puede practicar siguiendo como guía las
experiencias de las “mejores”, de las “más apreciadas”, normalmente aquéllas
que han sabido gestionar el conocimiento con cierto éxito, según como éste haya
sido refrendado por el mercado.
Se observa cual ha sido el proceso de
creación en la sociedad del conocimiento o el tránsito de unos datos
hacia la información y de ésta al conocimiento, proceso que acaba finalizando
en la generación de determinada “competencia básica distintiva”. Como es
evidente la evolución indicada consta de tres etapas, la primera representada
por el “proceso de datos”, es decir por el uso de tecnologías que transforman
aquéllos en información; la segunda etapa convierte ésta en conocimiento, gracias
al “proceso de aprendizaje”, es decir, de cómo saber “aprender a aprender” los conocimientos
nuevos y, por último, la tercera etapa pretende que el conocimiento se transforme
en “competencia distintiva” o en otras palabras, en el soporte de la “capacidad
de competir” o de “saber hacer” mejor que los demás, todo ello gracias a determinado
“proceso de creación mental”. En consecuencia éste sistema lo que persigue es
producir y difundir el saber, diseminar el talento humano o la inteligencia, tanto
individual como organizativa por toda la estructura de la organización
empresarial. Gracias a este proceso la empresa actual, poseedora de un caudal
ingente de conocimientos, podrá liberar una “energía nueva”, siempre que sea
capaz de llevar a cabo una gestión adecuada de los flujos de conocimientos que
por aquella circulan; gestión que tiene como finalidad la generación de nuevos
conocimientos que le permitan no sólo crear ventaja competitiva, sino también
hacer ésta más duradera. En otras palabras, se puede afirmar que “la sociedad
del conocimiento depende de la capacidad de aprendizaje, de cómo se
incorpora el saber y el talento innovador, tanto en las personas como en las
organizaciones que la componen”.
Una vez presentado el concepto y el
alcance de la sociedad del conocimiento es el momento de tratar la
clasificación de dicho conocimiento, cuestión previa para poder entender los
argumentos posteriores y para posibilitar la construcción del modelo cognitivo
que se propone en las páginas siguientes. En concreto se puede hablar de estas
clases principales de conocimiento
a)
Conocimiento
captado: es el saber
que procede del exterior de la organización y que es adquirido a través de
contratos, tanto perfectos como imperfectos. Este conocimiento es explícito
para la empresa.
b)
Conocimiento
creado: es el saber
que se gesta en el interior de la empresa y que tanto puede concretarse en conocimiento
explícito como en tácito para la misma.
c)
Conocimiento
explícito: es el
saber que puede ser transmitido o compartido entre las personas o en el seno de
la organización con relativa facilidad.
d)
Conocimiento
tácito: es el saber
que presenta cierta dificultad y complejidad para ser transmitido o comunicado
interpersonalmente.
(APLICA-
CIÓN) (ORÍGEN)
|
CLASES DE CONOCIMIENTO
| |
EXPLÍCITO
|
TÁCITO
| |
C
|
EXPLÍCITO
|
COMBINACIÓN
(PROCESOS- SISTEMAS)
|
INTERNALIZACIÓN
(“RUTINAS”-CAPACIDADES)
| |
O
L O
| |
A C
| |
S I
| |
E M
|
TÁCITO
|
EXTERNALIZACIÓN
(CONCEPTOS-ESTRATÉGIAS)
|
SOCIALIZACIÓN
(VALORES-ACTITUDES)
| |
|
S I
| |
E
| |
D N
| |
E T
| |
O
| |
Como se deduce de la figura, tanto el
conocimiento explícito como el tácito pueden actuar como origen en la creación
de nuevo conocimiento. El conocimiento explícito se compone, fundamentalmente,
de conocimientos técnicos, de algunas capacidades o habilidades y de pocas
actitudes, siendo por lo tanto de fácil transmisión con las actuales
tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC). De otra parte, el
conocimiento tácito está más cercano al talento, al arte o a determinado modelo
mental, aspectos de difícil transmisión interpersonal, por lo que se compone, básicamente,
de actitudes, de la mayoría de las capacidades y de determinados conocimientos
abstractos y complejos o sofisticados. Las posibles combinaciones de estos
conocimientos son claras, produciendo determinadas concreciones, tal y como recoge
la citada figura y se explica a continuación:
1.
La
creación de conocimientos explícitos a partir de conocimientos explícitos se
percibe a través de determinados “procesos” o “sistemas”.
2.
A
partir de conocimientos explícitos se puede crear conocimiento tácito o “saber
hacer” en a organización, el cual viene recibiendo el nombre de “rutina
organizativa”, (Nelson y Winter, 1982) o también conocimiento tácito en las
personas, el cual es definido como “capacidad”. En suma, este tipo de
conocimiento implica internalizar determinadas “pautas o
3.
patrones
de actuación” y llevar a cabo unos procesos de aprendizaje específicos. (Levitt
y March, 1988).
4.
Si
estos conocimientos tácitos se transforman en conocimiento explícito, es decir
se exteriorizan, estaremos hablando de conceptos tales como la “estrategia
empresarial”.
5.
Por
último, si el conocimiento tácito genera nuevo conocimiento tácito se habrá
logrado, como indican Nonaka y Takeouchi (1995) “socializar y compartir entre
todos los miembros de la organización unos valores y una actitudes
determinadas”, cuestiones que les harán diferentes y les facilitarán mejorar su
competitividad.
Es evidente que si la empresa
externaliza una determinada estrategia frente al mercado, en correspondencia,
deberá llevar a cabo otra estrategia interna de gestión de los flujos de
conocimientos que circulan y se desarrollan en el seno de la entidad. Si en la
sociedad actual el nuevo reto es la construcción del paradigma de la economía
del conocimiento en la empresa este reto viene representado por la forma de cómo
gestionar este conocimiento. Es sin ningún género de duda una tarea ardua,
compleja y emergente. Ardua porque tiene que intentar liberar
la energía mental acumulada en la organización, la que hay encerrada en las
mentes de las personas que la componen; compleja, porque hay que saber
convertir dicho intelecto en activo empresarial, en conocimiento organizativo,
al que pueden acceder todas las personas de la organización, con el fin de que
pueda ser utilizado en la creación de nuevo conocimiento, lo que nos lleva a la
definición de la “organización que aprende” (Bueno, 1996) o de la “organización
inteligente” (Senge, 1990; Nonaka, 1991 y Quinn, 1992). Para Senge dicha
organización es una empresa “donde las personas expanden continuamente sus conocimientos
o aptitudes para crear los resultados que desean, donde se cultivan nuevos y
expansivos patrones de pensamiento, donde la aspiración colectiva queda en libertad
y en donde las personas continuamente aprenden a aprender conjuntamente”. Para
Nonaka es aquélla empresa en la que “inventar un nuevo conocimiento no es una actividad
especial... es la manera en que funcionan, es de hecho, una forma de ser, de actuar,
en la que todos son trabajadores del conocimiento”. Por último para Quinn la “empresa inteligente” es aquélla “que
básicamente gestiona y coordina información e intelecto con el propósito de
satisfacer las necesidades del cliente”, tanto el externo como el interno.
Es importante que la empresa entienda
cual debe ser el ciclo básico de la gestión del conocimiento, con el fin de que
se cree un proceso dinámico de generación de flujos de conocimientos, de
creación de conocimientos nuevos, pero relacionados con su estrategia y con sus
actividades. Esta gestión deber saber diseminar el conocimiento por toda la
organización e incorporarlo a los productos, a los servicios, a los sistemas, a
los procesos y, en suma, convertirlos en determinadas “competencias distintivas”.
Con el fin de centrar estas ideas y a partir de las propuestas de Nonaka (1991)
y de KPMG Management Consulting (1997) se propone en la figura 3 un modelo de
análisis del “ciclo de la gestión del conocimiento”.
EL CICLO DE LA GESTIÓN DEL
CONOCIMIENTO
v
Acceder
a las fuentes del
conocimiento externo o interno a la empresa y tanto explícito como tácito.
v
Facilitar
o explotar el
conocimiento a través de unos valores, de una cultura y de un liderazgo
transformador que lo potencie y dinamice.
v
Transferir
o compartir formalmente
los conocimientos mediante la formación o informalmente mediante el trabajo en
grupo o en equipo.
v
Representar
o aplicar a
través de las tecnologías facilitadoras del proceso (TIC) bien en uno u otro
soporte, sistema o técnica y siempre que permitan un acceso lo más sencillo
posible y ayuden al aprendizaje individual y organizacional.
v
Generar
o crear el
nuevo conocimiento gracias a la interacción de estas fases y a la “capacidad de
aprender a aprender”, tanto a nivel de personas como de grupos organizativos.
v
Incorporar
o integrar el
conocimiento como un activo empresarial o como un nuevo valor añadido en los
productos, servicios, sistemas y procesos, en suma, logrando crear el conjunto
de activos intangibles que definen el concepto de capital intangible o
intelectual de la empresa.
Para terminar este epígrafe se puede
concluir que la gestión del conocimiento, como actividad característica de la “organización
inteligente”, está integrado básicamente por las tres dimensiones conceptuales
siguientes:
v
Un
conjunto de conocimientos explícitos y tácitos, captados y creados.
v
Unas
tecnologías facilitadoras (TIC).
v
Un
proceso dinámico de generación de conocimiento o un conjunto de flujos de
conocimientos en interacción.
LA EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DEL
CONOCIMIENTO
La sociedad del conocimiento es la
estructura resultante de los efectos y consecuencias de los procesos de
mundialización y globalización. Esta estructura dinámica surge de la creación
de un sistema de comunicación diverso que se construye desde la tecnología.
En nuestra búsqueda de la verdad y del
conocimiento, adherimos a determinadas concepciones, algunas de ellas de
carácter interpretativo de la realidad. La interpretación de ésta se puede
plantear desde concepciones más o menos extremas, por ejemplo la constructivista
radical, que niega la existencia de toda realidad objetiva y que considera que
la misma es una construcción humana que depende por completo del acuerdo entre
los participantes. (Guba y Lincoln, 1989). Según estos autores, la verdad es
el resultado de un consenso entre individuos y grupos, y fuera de esa
situación, carece de sentido. Por otra parte, la concepción postmodernista
asume el giro interpretativo en una dirección diferente. En la medida que el
lenguaje se va transformando anulando formas y estilos anteriores, reflejo de
una verdad anterior, también va generándose otra realidad que se estructura y
organiza a partir de las lógicas, intencionalidades y valoraciones de quienes
se apropian de este nuevo lenguaje. Por un lado, la concepción que asumimos
para entender la construcción de la realidad y por otro, la comprensión de la
realidad construida por el lenguaje de las nuevas tecnologías, nos hace
percibir la sociedad emergente, con un sentido de red y características que
hacen que la relación dialógica se manifieste de un modo diferente. Surgen
entonces:
- Una nueva forma de concebir el tiempo
y el espacio, haciendo que estos elementos básicos para la constitución del ser
social se configuren desde otra lógica referida al tiempo y al espacio, ya
que los participantes en el diálogo pueden comunicarse y construir relación
desde diversos lugares y momentos.
- Se asigna y reconoce mayor valor
para la información, transformándola en un elemento clave de realización
personal y profesional, sin la cual los sujetos no pueden participar
activamente en los procesos de construcción social, desde las variadas
perspectivas en que ello es posible.
- Se reconoce una tendencia hacia la
inmaterialización de los procesos laborales, permitida e impulsada por el
desarrollo tecnológico: negocios y oficinas virtuales, comunicaciones en red
que de alguna manera cambian las relaciones laborales tradicionales donde
existía un lugar físico específico y personas que interactuaban presencialmente
en ese espacio.
- Dependencia y en algunos casos
subordinación de las comunidades menos desarrolladas desde el punto de vista
tecnológico ante aquellas que han logrado mayor avance; mientras ciertas
comunidades están en proceso de alfabetización en el ámbito del desarrollo
tecnológico, otros se encuentran en una etapa de perfeccionamiento avanzado,
que les permite ir construyendo nuevos conocimientos, nuevas realidades y
nuevas sociedades con
organizaciones y realizaciones más
efectivas y veloces lo que les da una ventaja en el aumento de la productividad
económica, social y cultural.
La globalización y mundialización como
procesos que se han ido desarrollando a partir de fenómenos de apertura, de
rápido intercambio, de información que fluye a mayor velocidad, de explosiones
comunicacionales y de avances tecnológicos, ha acarreado consecuencias
económicas, sociales, culturales y políticas, pero el soporte social básico,
que se transforma, pero no se modifica
estructuralmente, nos pertenece a las personas, quienes a través de esta
participación crítica y deliberativa a la que hemos hecho referencia pueden
intervenir y moldear la forma e intensidad en que estos procesos de cambio
afectan la vida del hombre. De ese modo se produce el tránsito hacia la
sociedad del conocimiento.
LA CULTURA Y LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
El concepto de “sociedad del conocimiento” ha venido
utilizándose en tiempos recientes de manera cada vez más generalizada, aunque
con múltiples significados y su uso no deja de ser controvertido. Pero no cabe
duda de que hay fenómenos inéditos en la historia, surgidos a partir de
transformaciones sociales ocurridas en las últimas décadas, que han resultado
en un entorno con rasgos distintos a la sociedad industrial que se desarrolló
hasta mediados del siglo XX. El concepto de sociedad del conocimiento se
utiliza para referirse a tales rasgos. Entre ellos destaca el incremento
espectacular del ritmo de creación, acumulación, distribución y aprovechamiento
de la información y del conocimiento, así como el desarrollo de las tecnologías
que lo han hecho posible, en particular las de la información y la comunicación
que en buena medida han desplazado a las manufactureras. El concepto se refiere
también a las transformaciones en las relaciones sociales, económicas y
culturales debidas a las aplicaciones del conocimiento y al impacto de dichas
tecnologías. Entre ellas se encuentra un desplazamiento de los conocimientos
científico-tecnológicos hacia un lugar central como medios de producción, como
insumos en los sistemas de innovación, cuyos resultados consisten en productos,
procesos, formas de organización o servicios, que son aplicados para resolver
problemas y para obtener beneficios para algún grupo humano. Por tanto, las
personas altamente calificadas en cuanto a sus habilidades y conocimientos han
adquirido un agregado valor económico, a grado tal que los procesos económicos
tienden a la explotación de esas habilidades y conocimientos, mientras que la
explotación de mano de obra barata y de recursos naturales ha pasado a segundo
plano como generación de riqueza.
Pero no es que los recursos naturales y la mano de obra
barata queden fuera de la esfera del interés económico, por el contrario, lo
que ha ocurrido en el contexto globalizado es que se han profundizado las
desigualdades y las relaciones de dominación, y se ha dibujado un patrón en el
que los países del norte asedian y despojan a los del sur de sus recursos
naturales, mientras ellos se concentran en el desarrollo de nuevos
conocimientos y tecnologías, cuyos beneficios rara vez alcanzan a los países y
pueblos marginados. Por otra parte, como es de sobra conocido, los países
pobres se ven obligados a exportar su mano de obra en condiciones indignas.
Otro de los grandes problemas que ahora enfrentamos es que la
transformación de las formas de producción de conocimiento, las nuevas
prácticas tecnológicas y tecno científicas, y las relaciones sociales,
económicas, culturales y políticas en que éstas se han venido dando, han
generado niveles de exclusión nunca antes vistos, así como nuevas formas de
exclusión. En los países del primer mundo cada vez hay más gente desplazada del
sistema económico formal —que no son sólo los inmigrantes—, y en el mundo
entero hay cada vez más grupos sociales, y pueblos enteros que quedan excluidos
de los beneficios de los nuevos sistemas tecno científicos y, peor aún, quedan
excluidos de la posibilidad misma de generar conocimiento.
Esto es algo que ocurre palpablemente en las relaciones
internacionales y muy especialmente en las inter-culturales, y que afecta
sensiblemente a los países del tercer mundo, particularmente a los pueblos
tradicionales como prácticamente todos los pueblos indígenas de América Latina.
Pero en cambio todos los excluidos del conocimiento y de sus beneficios
comparten con el resto de los habitantes del planeta otra nueva forma de
violencia: la carga de los riesgos y los daños. Esta es otra de las nuevas
asimetrías: beneficios en las formas de vida para una minoría en el primer
mundo, pero un primer mundo que ya no está sólo en el norte, sino que lo mismo
está en América Latina que en la India o en China. Enormes ganancias económicas
para un pequeño grupo de empresas, generalmente transnacionales, y exclusión de
los beneficios para la enorme mayoría de los seres humanos.
Otro rasgo de la nueva sociedad que se está conformando
consiste en una forma de producción del conocimiento donde los conceptos
básicos son “auto-organización”, “dispersión”, “distribución” y “división” (cf.
Hutchins 1996). En esta nueva forma ya no hay un lugar central de
producción del conocimiento, sino que éste se genera de manera distribuida en
muchas unidades dispersas, que físicamente pueden ser distantes, pero que a la
vez se mantienen en contacto mediante redes de comunicación, de aquí el
concepto de “sociedad red” como lo ha utilizado por ejemplo Manuel Castells
(1999). El conocimiento producido por una unidad adquiere valor en la medida en
que complementa y se suma al que se produce en los otros nodos de la red. El
resultado es un nuevo conocimiento que emerge de la red misma y no es
reductible a la mera suma de los conocimientos producidos en cada nodo. Para
que esto sea posible se requiere cierto nivel de homogeneización cultural. Se encuentra
aquí entonces una de las tendencias más fuertes que están empujando en la
sociedad globalizada y del conocimiento: la de una estandarización que podría
amenazar a las diversas identidades culturales del planeta.
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, GLOBALIZACION, DIVERSIDAD CULTURAL E
IDENTIDAD NACIONAL
Otro concepto que no sin
razón se liga al de sociedad del conocimiento es el de “globalización”, pero
como aquél, también se usa en muchos sentidos diferentes. Por ejemplo, se
emplea para referirse a las redes telemáticas e informáticas que han permitido
el instantáneo flujo planetario de información y de capitales, así como de
comunicaciones físicas que han facilitado el intercambio de mercancías y
la interdependencia de las economías y
las culturas de casi todo el globo terráqueo. Pero también se utiliza en
relación con un modelo económico que ha venido imponiéndose en todo el mundo
como una unidad a escala global, el modelo llamado neoliberal.
En el primer sentido la
globalización es una consecuencia del desarrollo tecnológico. Pero si bien la
tecnología forma parte de sistemas sociales más amplios y constituye un agente
de cambio, no determina completamente las transformaciones que pueda sufrir una
sociedad, ni su desarrollo es independiente de la toma de decisiones de los
agentes sociales. Frente a la tesis del determinismo tecnológico que considera inevitable
el desarrollo de una “trayectoria tecnológica” una vez que se ha iniciado, y
que considera también que sus consecuencias no pueden ser alteradas por
intervenciones intencionales de los seres humanos, por nuestra parte asumimos
que los efectos sociales de la tecnología pueden ser controlados por decisiones
humanas y, por tanto, pueden encauzarse de diferentes maneras, e incluso es
posible evitar el desarrollo de un determinado sistema tecnológico si existe la
voluntad y la capacidad de acción adecuada para determinados grupos sociales1.
Por esta razón, si la globalización se entiende como el intercambio de
información y conocimiento, así como la interacción cultural entre pueblos y
naciones, posibilitada por las tecnologías de la comunicación, entonces debe
ser bienvenida, y es un imperativo ético procurar que sus beneficios alcancen a
un mayor número de seres humanos. Pero, insistimos, sólo si la globalización se
entiende de esa manera.
Otro rasgo de la nueva
sociedad que se está conformando al que aluden los conceptos de “globalización”
y de “sociedad del conocimiento” consiste en una forma de producción del
conocimiento donde los conceptos básicos son “auto-organización”, “dispersión”,
“distribución” y “división”. En esta nueva forma ya no hay un lugar central de
producción del conocimiento, sino que éste se genera de manera distribuida en muchas unidades dispersas, que
físicamente pueden ser distantes, pero que a la vez se mantienen en contacto
mediante redes de comunicación, de aquí el concepto de “sociedad red” como lo
ha utilizado por ejemplo Manuel Castells (1999). El conocimiento producido por
una unidad adquiere valor en la medida en que complementa y se suma al que se
produce en los otros nodos de la red. El resultado es un nuevo conocimiento que
emerge de la red misma y no es reductible a la mera suma de los conocimientos producidos
en cada nodo. Para que esto sea posible se requiere cierto nivel de
homogeneización cultural. Se encuentra aquí entonces una de las tendencias más
fuertes que están empujando en la sociedad globalizada y del conocimiento: la
de una estandarización que podría amenazar a las diversas identidades
culturales del planeta. Por otra parte, la forma distribuida de producción del
conocimiento no significa una democratización del mismo, en el sentido de que
sea público y accesible a todos, ni una disminución de la exclusión de millones de seres humanos
de sus beneficios. Por el contrario, ni siquiera hay garantías de que quienes
participan de una red se beneficien del conocimiento producido distribuida
mente, o siquiera que sepan cuál es realmente el conocimiento que finalmente se
produce. De aquí surgen otros desafíos de la sociedad del conocimiento. Hay
millones de excluidos del sistema económico y también de los beneficios del
conocimiento, y quienes no han quedado excluidos están sometidos a fuertes
tendencias culturalmente homogeneizadoras. Es por eso que la Unesco, en un
intento de contrarrestar dichas tendencias, promueve los siguientes cuatro
principios como los fundamentales que deberían subyacer al modelo de la
sociedad del conocimiento: 1) libertad de expresión; 2) acceso a la educación;
3) acceso universal a la información, y 4) respeto a la diversidad cultural y lingüística.
La Unesco también propugna por el uso
del concepto de “sociedad del conocimiento”, entendido como un concepto
pluralista que incluye preocupaciones acerca de los derechos de los individuos
y de los pueblos, en vez del concepto de “sociedad de la información” que se restringe
sólo a la tecnología, a la infraestructura material y al flujo de datos.
CONCLUSIONES
La sociedad del conocimiento debe
basarse en la sociedad del aprendizaje para proporcionar a los ciudadanos que
aprenden a lo largo de toda su vida lo siguiente:
Ø
Instrumentos
de conocimientos que le permitan manejar de forma acertada la cambiante
información que recibe.
Ø
Nuevos
y variados roles profesionales.
Ø
Destrezas
y habilidades diversas.
Ø
Y
en lo profesional actitudes y valores que
le permitan adaptarse a los profundos cambios que implica la nueva sociedad del
conocimiento.
Ø
La
educación continua y la capacidad de las personas para aprender a aprender son
las únicas herramientas eficaces para afrontar esta nueva realidad. La
educación a distancia aparece entonces no como una herramienta más dentro de la
sociedad del aprendizaje, es más bien un entorno de aprendizaje que
progresivamente va ir sustituyendo en muchas de sus funciones a los sistemas
tradicionales, desarrollando nuevas posibilidades de educación hasta ahora
inéditas.
Ø
Sociedad
del conocimiento, sociedad de la información y sociedad del aprendizaje, son
términos que se han vuelto comunes e implican cambios profundos que exigirán a
los ciudadanos nuevas demandas cognitivas y nuevas capacidades. Se hace
necesario mantener articulados la información con el aprendizaje, nuevas formas
de aprendizaje para que pueda conformarse una nueva sociedad del conocimiento.
En la actualidad,
la economía que se ha convertido cada vez más mundial, con nuevas formas de competencia y con la multiplicación de actores "Globales" que no pertenecen
a ningún país del tercer mundo, es importante la integración en bloques económicos, la misma tiene que agrupar a países con posiciones y tendencias políticas
diversas, con culturas y formas económicas diversas, pero con la condición de
no perder la identidad soberana y cultural de los pueblos.
El saber, se convierte en la principal fuerza
de producción. Son los
"técnicos" los que encabezan la "Revolución de la Gestión".
Las élites científicas reemplazan a las élites políticas en los países
desarrollados; su fuente de poder es el conocimiento especializado y
continuamente actualizado; este les permite manejar sistemas cada vez más
complejos de información y control de los recursos.
La columna
vertebral del fenómeno globalizador, aparece estrechamente asociado al mismo,
al desarrollo
tecnológico aplicado a los procesos productivos y en especial al
mundo de las comunicaciones, respaldadas por la sociedad global: el capitalismo moderno..
La sociedad del
conocimiento es de por sí una sociedad desigual, donde se acrecientan las
diferencias económicas entre los países del tercer mundo y los desarrollados,
la sociedad tal, como la economía del
conocimiento es la manifestación de las ventajas competitivas cronológicas
de los ricos sobre los pobres, donde se profundiza la brecha tecnológica en la supuesta
sociedad del conocimiento.
BIBLIOGRAFIA
es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_de_la_información_y_del_conocimiento
www.ub.edu/geocrit/b3w-683.htm
www.oas.org/es/temas/sociedad_conocimiento.asp
https://scientergrupo.wordpress.com/.../¿que-es-la-sociedad-del-conocimi...
coleccion.educ.ar
› Inicio › Marco teórico
www.sined.mx/socconocimiento.htm
es.slideshare.net/jcbedoyaga/sociedad-del-conocimiento-1061763